El Tratado Permanente entre los Estados Unidos de América y Cuba, firmado el 22 de mayo de 1903, fue un acuerdo entre los dos países que consolidó el control estadounidense sobre Cuba. El tratado reproducía los siete primeros artículos de la Enmienda Platt, un apéndice de la Constitución de Cuba que otorgaba a los Estados Unidos el derecho de intervenir en la isla caribeña.