En 1933, un golpe de estado marcó un quiebre en la historia de la República de Cuba, desencadenando una serie de eventos que transformaron radicalmente su estructura política. Este artículo examina la devastadora secuela del golpe, explorando cómo las maquinaciones políticas, la inestabilidad y las traiciones internas llevaron a la destrucción de la república. Culminando con la creación de la Constitución de 1940, se analiza el complejo panorama que emergió, permitiendo la entrada del socialismo a la isla y socavando las libertades individuales.