A diferencia de lo que comúnmente se difunde, el fin de la República y la democracia en Cuba no ocurrió en 1959; este proceso tenía sus raíces mucho antes de esa fecha. Ya desde 1919, la KOMINTER (Коминтерн, por sus siglas en inglés, Internacional Comunista) tenía como objetivo primordial la expansión de la "revolución" (entendida como comunismo) a nivel mundial, y Cuba, debido a su posición estratégica en la geopolítica global, no quedó exenta de esta influencia. La "revolución" se refiere al proceso de cambio político y social propuesto por la ideología comunista. La KOMINTER, como entidad internacional, buscaba promover y coordinar la acción comunista en diferentes países.
Las recientes crisis económicas en Europa han propiciado el resurgimiento de movimientos de extrema izquierda, como Podemos en España, Syriza en Grecia o el Movimiento 5 Estrellas en Italia. Estos movimientos han sido respaldados e incluso financiados desde países como Venezuela y Cuba. A pesar de la accesibilidad a la información y los repetidos fracasos económicos y políticos asociados a la criminal ideología comunista, aún persiste la reticencia a llamar las cosas por su nombre. Es importante destacar que, en muchas ocasiones, se tiende a realizar un blanqueamiento de la realidad, justificando los resultados negativos con afirmaciones como "no es realmente socialismo/comunismo". Esta actitud es particularmente relevante en el caso de Cuba, que apenas llevaba dos décadas como República cuando se vio inmersa en esta ideología.
La fundación del Partido Comunista en 1925, la presencia de la organización terrorista ABC y la impactante "Gran Depresión" de 1929 crearon un ambiente propicio para movilizar a un pueblo mayoritariamente analfabeto. Bajo el pretexto de que el general mambí Gerardo Machado había alterado la Constitución de 1901 en 1928, introduciendo el voto femenino, eliminando las prórrogas presidenciales y estableciendo una legislatura máxima de 6 años, se encendió la llama de la llamada "revolución" (movimientos terroristas).
Machado, cuyo periodo de gobierno originalmente estaba programado de 1925 a 1929 con la posibilidad de reelección, experimentó una reelección por el Senado debido a la crisis económica, una situación paralela a la que ocurrió más tarde en 1940 con Roosevelt en los Estados Unidos.
La "pedrada", fruto del adoctrinamiento neo-comunista que permeó durante muchos años, tiende a idealizar a algunos cubanos como héroes vinculados al movimiento terrorista ABC, responsable del asesinato del presidente del senado, Clemente Vázquez Bello, en 1932. En periódicos clandestinos, este grupo proporcionaba indicaciones sobre objetivos a atacar, presentando similitudes sorprendentes con las tácticas yihadistas actuales. Sus miembros, reconocidos como las "camisas verdes", imitaban la estética de 'los camisas negras' de Mussolini.
A pesar de los intentos de diálogo en 1931, los coroneles Mario García Menocal y Carlos Mendieta se alzaron en armas. Simultáneamente, figuras como Carlos Hevia o Sergio Carvó desembarcaron en Gibara como parte de una expedición armada. El gobierno de Machado sofocó las protestas, pero, siguiendo el precedente establecido con Julio Antonio Mella, evitó tomar represalias, permitiendo que los "revolucionarios" se exiliaran.
Es intrigante notar el paralelismo con el movimiento 26 de julio y cómo Batista cometió el mismo error al dejarlos ir. Las huelgas persistieron, y el 12 de agosto de 1933, con cierta complicidad por parte de Summer Welles, embajador de EE. UU. en Cuba, una facción del ejército derrocó al presidente. Este evento marcó un cambio significativo, ya que, según Welles, "las formas tradicionales de la democracia se verían obligadas a luchar contra las tendencias socialistas y totalitarias".
Siguiendo las sugerencias de Welles, se designó a Carlos Manuel de Céspedes, hijo del "Padre de la Patria", como presidente el 12 de agosto. Céspedes, al igual que Manuel Urrutia Lleó en 1959, fue utilizado como una figura "honesto" y poco radicalizada en la política. Este período histórico destaca la complejidad de las dinámicas políticas y la interacción entre actores nacionales e internacionales en la historia de Cuba.
Se persiguió a todos los seguidores del presidente depuesto, se incendió el periódico El Heraldo acusado de ser "machadista", se llevaron a cabo ajustes de cuentas en las calles y se incautaron bienes; eventos muy similares a los ocurridos en 1959. Céspedes derogó la reforma constitucional de Machado en 1928, dejando íntegro el texto de la Constitución de 1901, y disolvió el congreso por decreto. Ya sea consciente o inconscientemente, había llevado a cabo la tarea sucia que allanó el camino para la "Revolución de 1933". Este paralelismo subraya las similitudes en las dinámicas políticas y sociales entre diferentes momentos de la historia cubana.
El gobierno de Céspedes apenas duró veintitrés días y como retribución, fue destituido por "los revolucionarios" que se autodenominaban la "voz del pueblo". El paralelismo con el año 1959 es innegable. Con estos antecedentes, se inició la persecución y desintegración de los partidos de 1933, así como de cualquier presunto seguidor del depuesto presidente Gerardo Machado. Los "revolucionarios" se encontraron sin oposición externa y comenzaron a consolidar una dictadura rotatoria, con Batista actuando como el líder en la sombra.
El 4 de septiembre de 1933, una coalición de estudiantes y sargentos derrocó a Céspedes y estableció, al margen de cualquier legalidad, el gobierno conocido como la "Pentarquía". Este estaba conformado por Ramón Grau San Martín, Guillermo Portela, Sergio Carbó, José Miguel Irisarri y Porfirio Franca. La Pentarquía, aunque efímera, gobernó durante 6 días y designó a Grau San Martín como presidente provisional, quien a su vez formó su gabinete. Para consolidar su poder dictatorial, emitieron decretos, entre ellos el ascenso de Batista de sargento de primera a jefe del Ejército (decreto: 1538), de Santana de sargento de primera a 1er teniente (decreto: 1539) y de Laurent como jefe de la policía (decreto: 1541).
Este gobierno, también conocido como el Gobierno de los Cien Días o Grau-Guiteras, se caracterizó por gobernar mediante decretos ley, sin mostrar intención alguna de consultar a la población a través de elecciones. Incluso redactaron su propia "Constitución", llamada "Estatutos para el Gobierno Provisional de Cuba – 14 de septiembre de 1933". Durante este período, se promulgaron decretos significativos, como la jornada máxima de trabajo de 8 horas (decreto 1693), la intervención de la compañía cubana de electricidad (decreto 173), el voto femenino (tras derogar la reforma constitucional anterior) (decreto 13) y la declaración del estado de guerra (decreto 2581).
El 18 de enero de 1934, Carlos Mendieta sucedió a este "gobierno provisional" y derogó el "Estatuto" de Grau, que apenas había tenido una vigencia de 4 meses. Mendieta restableció, al igual que Céspedes, el texto original de la Constitución de 1901 y redactó su primera "Constitución", conocida como la Ley Constitucional del 3 de febrero de 1934. Posteriormente, en junio de 1935, se promulgó la segunda "Constitución", denominada "La Ley Constitucional para el gobierno provisional". Guiteras, al ser destituido, fundó TNT y más tarde la Joven Cuba con 30.000 pesos decomisados al The First National City Bank, los cuales contribuyeron al entrenamiento de sus miembros en México.
Bajo la propuesta de Guiteras, se llevó a cabo el secuestro de Emilio Falla Bonet como medida para recaudar fondos. Después de la muerte de Falla Bonet, esta vía de financiación continuó. El programa de La Joven Cuba incluía la siguiente declaración: "Para que la ordenación orgánica de Cuba en nación alcance estabilidad, precisa que el Estado cubano se estructure conforme a los postulados del Socialismo (…) al Estado socialista nos acercaremos por sucesivas etapas preparatorias. Fijada la gran meta a la que dirigimos la marcha, el programa debe interpretarse como el trazado de la primera etapa". Este fragmento refleja la orientación ideológica y los objetivos de La Joven Cuba hacia la instauración de un Estado socialista en Cuba, mediante un proceso gradual.
Militares a disparos acabaron con la vida de Guiteras en El Morrillo el 8 de mayo de 1935 mientras intentaba escapar hacia México con la intención de entrenar tropas y regresar a... la Sierra Maestra. El 20 de mayo de 1936, Miguel Mariano Gómez ganó las elecciones y, siguiendo la tendencia de la época, también redactó su "Constitución": el "Proyecto de Reforma Integral de la Ley Constitucional de 1935", publicado en la Gaceta Oficial de la República el 16 de diciembre de 1936 (siendo un borrador de la Constitución de 1940, redactada cuatro años antes).
En ese mismo año, el senado lo destituyó por una infracción constitucional, convirtiéndose en el único presidente (desde Machado) que había ganado unas elecciones. Sin embargo, en 1950, fue rehabilitado al declararlo "no culpable" de dicha infracción. El artículo 2, que afirmaba: "El estado dirigirá y ordenará la economía de la nación", evidenciaba claramente la decadencia, con matices comunistas e intervencionistas, que había alcanzado en ese momento.
Así dio inicio la constituyente de 1940, resultando en un texto que casi reprodujo fielmente el de 1936. Desde entonces, Cuba dejó de ser reconocida como una "República". Se eliminaron los dos elementos de seguridad que podrían haberla preservado: la Enmienda Platt y el Artículo 42 de la Constitución de 1901. Este último, que limitaba al artículo 40, fue trasladado a la Constitución de 1940 con el número 41 y fue aprovechado por Batista para suspender derechos consagrados en la propia constitución, como se detalla en las páginas 92 y 93 de "El imperio de la ley en Cuba". Este periodo marcó un cambio significativo en la estructura y naturaleza del gobierno cubano.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, al igual que ocurrió con la Primera Guerra Mundial, el precio del azúcar experimentó un aumento significativo, y Cuba disfrutó de cierta abundancia que lamentablemente fue desaprovechada por los gobiernos de Batista, Grau y Prío Socarrás, según reveló el informe Truslow, encargado por el propio Prío. A pesar de este período de bonanza económica, el golpe de estado liderado por Batista retrasó por algunos años la eventual llegada del comunismo. No obstante, el daño ya estaba hecho, y cabe destacar que el propio Batista había contribuido a esta situación desde 1933. Este contexto histórico subraya cómo los eventos y decisiones políticas pueden tener consecuencias de largo alcance en el desarrollo de un país.
La figura del dictador designado a dedo, Miguel Diáz-Canel, representa la continuidad del "Fidelismo" iniciado en 1959. Sin embargo, es importante notar que este continuó la tradición de líderes anteriores como Grau, Guiteras y Prío (quien colaboró en la compra del Yate Granma).
Es interesante observar que Batista, al igual que Céspedes antes que él, experimentó las consecuencias de su propia traición a la República, que abarcó el período desde 1902 hasta 1933.
Agradecimiento a Guillermo Ferrer, creador del artículo del cual se ha tomado información para este texto. Su trabajo y dedicación en la investigación histórica han sido fundamentales para la comprensión y difusión de la historia cubana.
Asimismo, extendemos nuestro reconocimiento a los historiadores Yoiner Loforte, Miguel Enrique Baño Leiva y al colaborador bajo el seudónimo José Miguel Gómez, quienes desempeñaron un papel crucial en la creación del artículo original. Su valioso aporte y conocimiento enriquecieron la narrativa histórica y contribuyeron significativamente a la calidad del contenido que aquí se presenta.
Agradecemos su compromiso con la preservación y divulgación de la historia, permitiéndonos compartir esta información con nuestros lectores.